Este complejo turístico busca fortalecer la identidad cultural de Tungurahua, integrando espacios para la artesanía, gastronomía y tradiciones locales. Su diseño rescata el legado arquitectónico de la región, utilizando materiales como adobe, barro, carrizo y teja, que armonizan con el entorno y evocan las técnicas ancestrales. Además, incorpora zonas recreacionales que fomentan la apropiación cultural y el sentido de pertenencia.